NO A LA BAJA

NO A LA BAJA

Bajar la edad «imputabilidad» a 13 años es CRIMINAL. 

 

Detrás de un niño que delinque hay un sistema que no lo mira, no lo  atiende, no lo cuida y redes de adultos que se aprovechan de su vulnerabilidad para sacar su propio provecho personal.

La propuesta política de bajar la edad de imputabilidad es contraría a  los principios de DDHH, de la mismísima CIDN, la Ley de Protección integral, y la mirada constructivista de justicia restaurativa propuesta por la biblioteca de derecho penal juvenil. 

Si un niño, niña o  adolescente no está preparado para el ejercicio de los derechos políticos hasta los 16 años, ¿cómo puede sostenerse una imputación delictiva con igual pena  que a un adulto en una persona menor de edad?

 

Atacar las causas que llevan a un niño a delinquir, como el hambre, la situación de calle, la desescolarización y la ausencia de los derechos que deberían protegerlos es la solución a la criminalidad temprana.

 

Bajar la edad de imputabilidad es instalar la idea del fracaso de todas las políticas de resguardo hacia las infancias, la  familia, el sostén comunitario, la escuela , la salud y la justicia para sólo ofrecer como solución y reparación bajar la edad de punibilidad criminalizando. 

Esta intención vulneraría un principio internacional básico de los DDHH, el de «no regresión»,  ya que una vez alcanzados ciertos estándares de protección en los derechos, no se pueden revertir o retroceder esos logros, por el contrario, estos deben ser mantenidos y/o mejorados.

 

Cuidemos la infancia y no la criminalicemos.